El bronce es un material no ferroso. Consiste en la aleación metálica de cobre como elemento principal y estaño como componente secundario. La proporción de estaño siempre es menor que la de cobre, pero es variable según el fabricante y la calidad del material. Una proporción de estaño demasiado grande perjudica la conductividad y solidez del bronce resultante.
No hay que confundir el bronce con el latón, en este último la aleación es de cobre y zinc.
Tampoco debe confundirse con el bronce de aluminio, o cuproaluminio, en el cual el aluminio es el metal que se agrega al cobre, en lugar del estaño. En éste a veces se agregan además otros agentes como hierro, níquel, manganeso y silicio.
La Edad de bronce es el periodo de la prehistoria que debe su nombre al descubrimiento de esta aleación, y comenzó a utilizarse este material que durante miles de años fué el material básico para la fabricación de armas, herramientas, utensilios de todo tipo, medallas, joyas y esculturas. Y las monedas de bronce tuvieron relevancia en el comercio y la economía.
El bronce realmente fué la primera aleación importante fabricada por la humanidad. Tiene aspecto brillante, buena conductividad eléctrica y térmica en general, buena resistencia mecánica, resistencia a la corrosión y al roce, y maleabilidad.
Se pueden establecer dos tipos de bronce en la actualidad: bronces binarios, que son los puros, compuestos únicamente de bronce y estaño, y bronces con aditivos, que son los que llevan además otros componentes.
Se utiliza para tuberías de fundición, en bricolaje y también es muy apreciado en decoración.
También se utiliza para fabricar herramientas, campanas, platillos, saxofones y otros instrumentos musicales como pianos y guitarras, entre otras aplicaciones.
Para su mantenimiento el bronce se pule y se le puede dar un revestimiento protector transparente.